Camina erguido con la mirada al frente,
con la mente clara y el corazón puro.
Despréndete del peso del dolor que
tallaron tu piel en aquel pasado oscuro.
Arroja la angustia del mañana incierto,
deshazte de la envidia que corroe el alma,
abandona la pobreza que nació en tu lecho,
y aleja de ti al enemigo que te abraza.
Elimina el sabor del fracaso,
entierra la duda y la incertidumbre
que se derrama en agonía
en cada uno de tus pasos.
¡Camina erguido con la mirada al frente!
Rescata la última migaja de esperanza,
Y disfruta el tiempo que pasa frente a ti,
sonríe con los recuerdos de tu infancia,
abraza con fuerza la ilusión
y cobija para siempre la confianza.