lunes, 8 de marzo de 2021

AMAR EN LA ADULTEZ, UNA MESA DE NEGOCIACIÓN.

 

Cuando amamos desde el apego, sufrimos y perdemos. Se pierde tiempo de vida, anhelos, sueños, algunos pierden dinero o estabilidad emocional y estas pérdidas dejan huellas y heridas profundas que llevan a muchos a tomar decisiones desde el miedo, el miedo a volver a sufrir.

De ahí que iniciar una nueva relación, aunque exista el fuerte deseo de volverse a enamorar, se convierte en un desafío que pocos logran superar. El miedo lleva a las personas a crear escudos para protegerse y se especializan en la defensa, así que todo el tiempo están prevenidos, esta postura empeora la situación. Quien se previene no puede ver sino a través de los ojos del pasado, la persona que tiene en frente no es observada desde la dimensión real y presente, de esta manera, es casi imposible entregarse a una nueva experiencia afectiva, a un nuevo aprendizaje.

Si bien la adultez te permite tener la claridad de aquello que deseas, de lo que te genera dolor o lo que no estás dispuesto a ceder, trae consigo también miedos que, de no ser superados, se convierten en barreras imposibles de pasar tanto para quien quiera llegar a tu corazón como para entregar tus proopios sentimientos.

jueves, 4 de marzo de 2021

QUISE PARECERME AL REBAÑO

 

Intenté dejar de ser yo para hacer parte de los que hoy se que están durmiendo, más no lo sabía en ese entonces. Intenté encajar, acomodarme, ajustarme a lo que ellos consideran que es el deber ser, el deber actuar, el deber pensar, el deber decir y me perdí en “el deber…” hoy, gracias a los golpes, los aciertos, las experiencias, las aventuras, los altibajos que me ha dado la vida, comprendí que el verdadero desafío está en ser tú mismo en medio de quienes quieren parecerse y quieren medirse por las mismas variables.

Aprendí que se necesita más valor para ser original que para parecerte al rebaño que va conducido por unos pocos que buscan solo su propio beneficio. Vencí el miedo al rechazo, al reproche, a la crítica, al juicio y al desprecio y me tejí en silencio con hilos de tenacidad y resistencia para que jamás se rompiera la impronta de lo que soy.

Y no siendo suficiente quise enseñarle al mundo que existe un camino diferente, un poco más incierto, pero más satisfactorio. pues quien vibra en la frecuencia de lo auténtico vibra en la frecuencia de su alma.