Imagina
un te amo, una disculpa, pedir un favor, disfrutar de una comida con alguien
especial, reír en una reunión de amigos, ¡imagina la vida sin que existiera el
lenguaje!, estamos tan inmersos en el correr del diario vivir, obligaciones y
compromisos que jamás nos hemos puesto a pensar en lo que sería si no
pudiéramos comunicarnos a través del lenguaje.
Si bien hay nuevos medios de comunicación ninguno podrá remplazar la magia que tienen las palabras a la hora de conectarnos con lo demás, de llevar nuestra imaginación a lugares insospechados o de generarnos sentimientos que nos dejan sin dormir toda la noche.
Nos
damos a conocer a través del lenguaje, nos ayuda a crear una identidad ante el
mundo, nos proyectamos a través de su magia y de su incomparable poder para
conectarnos con lo que deseamos, expresamos nuestro sentir y manifestamos
nuestras emociones a través de él.
El
lenguaje es quien como la sombra nos acompaña día a día, aunque seguimos sin
reconocer su presencia y su gran valor en nuestra existencia.
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