Se habla de estar despierto como si todos pudieran
comprender el significado y el contexto de esta palabra cuando hablamos de
consciencia. Sin embargo, es tan misterioso el término que a muchos les cuesta siquiera
preguntar, indagar o curiosear por temor a develar algo que les sugiera salir
de su zona de confort.
La humanidad pasa por momentos difíciles y la
única opción que ven viable es aferrarse a lo conocido, cualquier conocimiento
que cuestione sus paradigmas es rechazado indefectiblemente, pareciera que
desconocen el potencial de su cerebro para abrir nuevas conexiones neuronales y
no se dan cuenta que su diseño es moldeable a sus pensamientos, pero esto
también hace parte de aquello desconocido que no se quiere ver.
Sin embargo, quienes logran trasgredir creencias
ya impuestas, cansados ya de lo mismo y armados de esperanza buscan abrirse
paso en medio de esta sociedad caduca del pensamiento y esclava del temor
imaginario que sugiere el cambio y han logrado descubrir qué significa El Despertar
de la Consciencia.
Pues bien, para hacerlo más digerible, este famoso
despertar es la puerta que abre tus posibilidades, descubre tu potencial y te enseña
a vivir plenamente, ¡sencillo, verdad! Pero si es así de simple ¿por qué no
todos están despertando su consciencia?
Por una simple razón: abrirse a un nuevo
pensamiento o creencia sugiere más fuerza, determinación y osadía de la que hemos
aprendido en esta cultura cimentada en el miedo a perder más que en la convicción
de ganar.
Por consiguiente, alcanzar el despertar de
consciencia colectivo seguirá siendo una proeza de unos pocos, lo que sugiere
que sigamos viviendo en una sociedad de atraso mental, aunque nuestra
tecnología siga siendo de punta y esto signifique continuar viviendo esta existencia
desde el sufrimiento, la lucha y la supervivencia.
Es hora de revisar, profundizar, reflexionar,
meditar, es hora de cumplir realmente con la misión que elegimos al venir a
esta existencia, dejar de calentar el puesto y tomar acción sobre nuestra propia
existencia desde nuestro potencial y no desde la victimización en la que
vivimos.
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